ROMÁNTICO:
adjetivo. también sustantivo.
1.- Del romanticismo o relativo a este movimiento
cultural: "en la obra de este escritor pueden observarse influencias
románticas." 2.- [Persona] que defiende o sigue este movimiento cultural:
"compositor romántico." 3.- Apropiado para el amor o que lo produce:
"lugar romántico". 4.- Sentimental, generoso y soñador: "ese
chico es un romántico".
Manuel
Mendoza. Kike para su familia y amigos del colegio, Manuelito para sus amigos
del trabajo. Mi compadre –es padrino de mi hijo mayor- es una de aquellas personas
que siempre tienen la palabra precisa. A él se le atribuye el haber definido a
nuestro viejo equipo de fulbito como "el
Equipo Romántico",
utilizando esta palabra en su cuarta acepción como vemos en el diccionario de
la RAE.
Una
tarde, allá por el año 86, estaba con mis papás en el viejo Toyota 73, cuando
vi a un grupo de muchachos de mi cole en uno de los vértices del Parque
Castilla. Kike, Lion, Micky, Toño y Rubén. Probablemente alguien más, pero yo a
ellos los recuerdo.
—¡Para
papá, acá me bajo! —le dije a mi viejo— son mis patas del cole.
Era
invierno. Hacía mucho frío y la garua era intensa. No tenía la ropa adecuada,
estaba en jeans y zapatillas, pero aun así la pasé de maravilla. Cambiamos de
cancha a la quinta donde vivía; pero, ante enérgico pedido de mis vecinos,
hartos de soportar pelotazos en las rejas de sus garajes, regresamos al parque,
esta vez por el lado de la calle Sinchi Roca.
Así
fue como comenzaron las pichangas de los viernes con mis amigos de toda la vida.
Estábamos en sexto grado de primaria. Al principio éramos solo algunos del B los
que nos juntábamos para pelotear. Todos vivíamos cerca. Luego, fueron apareciendo
más y más jugadores, ya de ambas secciones y de otros distritos.
Los
partidos se mantuvieron en actividad casi ininterrumpida por más de dos décadas,
y fue así que en algo momento nació el Equipo Romántico: Kike, Lion, Micky,
Toño y yo. Creo que si Rubens no lo conformó fue por que no era constante en
las convocatorias. No siempre podíamos alinear todos juntos. Sea porque no estábamos
completos, o porque los capitanes que armaban los equipos no nos hacían coincidir.
Y fue entonces quedando en el olvido.
Hasta
que hace unos diez años, ya en las postrimerías de las pichangas y estando
todos en nuestros treintas, a Kike se le ocurrió alinear nuevamente a los cinco
románticos, ya que después de muchísimo tiempo (debido a lo ajustada que comenzaba
a estar la agenda de Micky), estábamos todos presentes.
Estábamos
motivados para jugar. Teníamos hambre de gol y sed de victoria. Estábamos
dispuestos a dejar todo en la cancha y sudar la camiseta. Jugamos con
sentimiento, con pasión, recordando aquella tarde del año 86 donde, bajo la
tupida garua de una tarde de invierno, jugamos por primera vez. Y obvio,
perdimos. Nos llenaron la canasta.
Al
año siguiente, volvimos a armar el Equipo Romántico. En esta ocasión no contábamos
con la férrea defensa de Miguelito (ya su agenda se había apretado demasiado) así
que convocamos a mi otro compadre: Alex "Greco" Horna, padrino de mi
hija.
Ojo:
Greco no era un romántico. Y que quede claro que nadie más lo era. Nunca habrá
un romántico más. Hubo sí muchos invitados a completar a los románticos.
Teníamos
esperanza en el refuerzo helénico, pero igual nos canastearon nuevamente. Uno
de mis compadres –el de mi hijo- sobre mi otro compadre –el de mi hija-
sentenció, siempre con la frase precisa: "Debut y despedida de
Greco".
Luego
de una corta deliberación entre los románticos presentes (Micky no estaba
debido a lo apretado de su agenda) concluimos que "El Equipo Romántico ha
muerto. ¡Viva el Equipo Romántico!".
Hoy
por hoy, Micky (cuya agenda está ahora menos apretada) es el único de los
Románticos que sigue jugando los martes regularmente en el Club Suizo con Alex
y otros amigos de nuestra y otras promociones del colegio. No sé si se
alinearon los astros, pero acordamos –hace unos meses- volver a alinear al
equipo romántico, ya cuarentones. Costó poder convencer a Kike y a Lion de
regresar a las canchas.
El
martes acordado, Kike no llegó, pero sí el resto del equipo. La verdad es que
ya no había hambre de gol ni sed de victoria, sino de chifa y gaseosa. Y a pesar
de la previsible canasteada, esta vez el saldo fue aún más negativo: Lion cayó
pesadamente sobre su mano y se fracturó la muñeca.
Terminó enyesado desde el
hombro hasta la mano del brazo izquierdo. Y lo peor: ¡es zurdo!
Aunque
no estuvo presente mi compadre, le escuché decir nuevamente: “El Equipo
Romántico ha muerto. ¡Viva el Equipo Romántico!”
No hay comentarios:
Publicar un comentario